29 de septiembre de 2015

Salimos: Ripollet Rock 2015

Por qué no se les da más cancha a festivales como este? Por qué no aparece más en los medios (ni aunque sea en los especializados)? Es gratuito, se hace a base de mucho esfuerzo y buena voluntad, y es precisamente por eso que merece más presencia... pero, un momento... no será porque los promotores de los grandes festivales (los que ganan pasta, y mucha) tienen copados los medios? Y digo copados, no capados, aunque probablemente sea más correcto lo segundo... En fin, ese es un tema delicado sobre el que tal vez algún día comente mis reflexiones y experiencias, aprovechando la libertad de no ser un medio(cre) como tal.

Pero al grano: Este ha sido (y me pesa en la conciencia) mi primer Ripollet Rock, y eso que ya van XXIII (23, para los de la logse). Y qué grata la sorpresa! Al margen del cartel, la organización, los precios de barra y merchan, el ambiente... todo en general, merece una muy alta nota. Y si a eso le sumas que vas a ver gratis a bandas como Alquimia, Iron Savior o Jorn, pues qué queréis que os diga... sólo puede uno tener buenas palabras para los señores de la Asociación Ripollet Rock, quienes además del festival, ofrecen una revista (fanzine de calidad, o sea, revista) gratuita y un programa de radio .
Es muy de agradecer que tanto en merchan como barras te reciban con buen rollo y sonrisas gente que trabaja por la cara, sin cobrar un duro, a diferencia de la "caraperro" que te sueles encontrar en otros conciertos de gente que encima se está levantando un jornal.

Pero vamos a lo musical, que para eso hemos venido.

Abrieron la velada los locales "Ron de Kaña". Aún con un ambiente muy familiar, dada la hora (niños con globos de Spiderman en primera fila?), descargaron su repertorio de rock urbano al más puro estilo Rosendo (no en vano el cantante lucía camiseta de Leño) incluyendo un guiño a Barricada. Debo reconocer que sólo los conocía de haberlos escuchado en Spotify antes del concierto, y me gustaron entonces, aunque en directo pierden puntos. No es por su sonido, tocan bien en vivo, las letras tienen su qué, a veces algo repetitivas las melodías pero eso ya le lleva el estilo en si. El problema es la actitud, o más bien, la falta de ésta. No es una cuestión de físicos, es una cuestión de seguridad, y los Ron de Kaña deberían moverse con más soltura y dejarse
llevar un poco más teniendo en cuenta la calidad que demuestran tocando. ¿Sabes cuando te lo pasas bien porque el que está en el escenario se lo está pasando bien y te lo transmite? Pues con ellos te tensas, y no es justo para ellos. En definitiva, hay potencial para más y mejor, lo que no quiere decir que lo que hacen ahora esté mal, ni mucho menos.

Y llegó el turno de Stained Blood, y los niños con los globos de Spiderman salieron corriendo. Reconozco que no puedo ser imparcial en esta parte de la crónica porque el estilo no va para nada conmigo. Será que me estoy haciendo mayor, pero lo cierto es que por más que sea un auténtico huracán en el escenario, si el cantante "no canta", algo me falta. Y repito, no hablo del grupo si no del estilo. Tampoco puedo hablar de las letras porque no logré entender ni una... pero la banda sonaba realmente bien, contundente, equilibrada, un autentico bloque sobre el que la voz hacia su trabajo. Stained Blood removieron al sector mas juvenil del publico que se lo paso en grande con sus "mosh pits", alguna vez organizados por el propio grupo (aun no, aun no... ahora!). Total, que los allí presentes entendidos en el genero parecieron disfrutar, por lo que asumo que la cosa estuvo bien, pero no me hagáis mucho caso. Ya sé, ya sé, es muy poco profesional, pero prefiero no hablar de lo que no conozco. Es poco profesional si tú quieres, pero bastante sensato, no?

Ya en prime time, pudimos ver al virtuoso nacional Alberto Rionda y sus Alqvimia. Una banda que (literalmente) se mueve alrededor de Rionda, quien permanece casi inmóvil agarrado a su guitarra, dando lecciones de técnica (cualidad de la que anda sobrado) aunque algo escaso de sentimiento. Cierto es que la mayoría de guitarristas "virtuosos" comparten el mismo mal (empezando por el mismísimo Yngwie Malmsteen) pero no estaría de mas que, habiendo ya superado un nivel de técnica admirable, empezara a preocuparse por humanizar un poco más su ejecución. En torno a su aspecto tranquilo y simpaticón (aunque no sea eso lo que cuentan de el algunos ex compañeros), se mueve como decía antes, literalmente, el resto de la banda. Rubén, un bajista con autentica actitud metalera, paseos y amplio abanico de posturitas (un espectáculo); Israel, un cantante que me arriesgaria a definir como un Bisbal del metal, por actitud y hasta por estilo, aunque acaba convenciendo porque realmente canta bien; Chez García saliendo del parapeto de su teclado con un keytar... mientras Rionda toca y contempla, como en otro plano. Quede claro que me gusto su show, su repertorio (que incluyo algún guiño al pasado de Rionda con sus Avalanch) y la ejecución: la verdad es que sonaron muy bien y dieron un buen espectáculo lleno de energía (chicos de Ron de Kaña, a eso me refería antes...), el público disfrutó de lo lindo cantando la mayoría de temas y entrando casi en éxtasis con los ecos de Avalanch... aunque (y eso es otra vez una cuestión del estilo, no de la banda) esos teclados me suenan en ocasiones a unos Camela acelerados.

Segundo plato fuerte de la noche, Piet Sielck: Iron Savior. Poco que decir de este hombre que cualquier aficionado al power metal alemán no sepa. Con el público un poco frío al principio, desgranaron su repertorio sin complejos, con la actitud de quien sabe que lo que hace no es magia, pero divierte. Lo que hace esta banda son puros estandards del power metal, las bases, la esencia. No tienen una Michael Kiske en la voz o un Kai Hansen o Timo Tolkki en la guitarra, ni siquiera un gran bajista o un teclista visrtuoso... ni falta que les hace. De hecho, aunque no conozcas ni uno de sus temas (que seguro que alguno sí conoces aunque no lo sepas) te divertirás igual si te gusta el power metal. Total, que acabaron cuajando una buena actuación, incluyendo versión final de Judas Priest que acabó de convencer a un público que ya hacía rato de había rendido a la evidencia coreando "heavymetal never dies" hasta la extenuación (o el aburrimiento, que lo poco agrada y lo mucho...).

Y para cerrar la larga y fructífera velada, un grande. Una de las mejores voces que ha dado el hard rock en los últimos (y no tan últimos) tiempos. Mr. Jorn Lande, un tipo curioso, cuanto menos en su actitud y en su puesta en escena. Presentó repertorio de su faceta en solitario (lástima, porque algo de "Drácula" o de su trabajo con Allen hubiera estado muy bien) aunque intercaló algún guiño a Masterplan y, como no, a su (y nuestro) ídolo Ronnie James Dio. El vocalista está en un gran momento vocal y, pese a que sigue recordando mucho a Dio y en ocasiones a Coverdale, ha logrado crear un sonido propio al que, como única pega, podría decirse que le falta un poquito más de recorrido tonal (aprovechar más los graves y trabajar un poco los agudos) para ofrecer un poco más de variedad, aunque como digo, ya es por hilar fino. Jorn se mueve de manera peculiar en el escenario... tiene presencia, no le hace falta mucho aspaviendo para resultar expresivo, y lo más
divertido, esa especie de "paradinha" que hace agarrado al micro, ese "pause", en el momento y con la duración justas para no resultar cómico... Otro cantar es el del guitarra Trond Holter, de quien he leido grandes elogios, y quien a mi entender no alcanza el nivel necesario para un vocalista cono Lande. Es un buen guitarrista, sin duda, pero en los solos (especialmente obvio en su momento en solitario en el escenario) hace gala de una técnica limitada que suple con velocidad, en ocasiones innecesaria. Un buen solo debe, además de ser técnicamente correcto, decir algo. Y los solos de Holter son puro fuego de artificio mojado. Velocidad sin control, técnica limitada, y poco o nulo mensaje. Repito, no es un mal guitarrista para una banda de otro nivel, pero no está la altura de un vocalista como Jorn. En cualquier caso, un gran concierto que a pesar de la hora y el cansancio del respetable, dejó un gran sabor de boca a todos (cierto es que un buen número de asistentes tenían esta actuación como objetivo de la noche).

Sólo me queda volver a felicitar a los organizadores por reunir un espléndido cartel y una notable organización en un evento gratuito, y por supuesto agradecerles la noche de rock que, en adelante, no me pienso perder. Eso sí, me llevaré la cámara réflex, porque las fotos con el móvil no hacen justicia...

Ripollet Rock XIII Edición.
28 Agosto 2015
Ripollet (Barcelona)

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